sábado, 28 de abril de 2012
La genética de los primeros agricultores europeos
Parte de los genes de los actuales habitantes del norte de Europa proceden de la mezcla de dos comunidades muy diferentes que vivieron en el continente hace cinco milenios: los cazadores y recolectores primitivos y los agricultores que viajaron desde el sur hasta colonizar los territorios del norte. Así lo ha revelado el estudio del ADN de restos de ambas poblaciones, que se publica esta semana en 'Science'.
La transición hacia una sociedad agrícola de la Humanidad se inició en Oriente Próximo hace unos 11.000 años y tardó otros 5.000 años en llegar a Europa. Estos pioneros agrícolas fueron subiendo desde el sureste hacia el norte, llegando hasta Escandinavia.
Y es allí donde un equipo de investigadores, dirigidos por Pontus Skoglund, de la Universidad de Upsala (Suecia) han encontrado ADN en los restos fosilizados de unos cazadores/recolectores y de granjeros. "Gracias a este material hemos podido demostrar el origen de la variación genética europea, que tiene su origen en la Edad de Piedra, en la inmigración de los agricultores del sur", afirma Anders Götherström, uno de los autores del trabajo.
Hasta ahora, los científicos no habían logrado una respuesta clara a la pregunta de cómo se introdujo la agricultura en Europa, si fue introducida por grupos de nómadas o si se fue extendiendo lentamente. "Nuestro éxito se debe a que accedimos a muy buen material genético, a modernos métodos técnicos y a la experiencia", afirma Götherström.
Tecnología puntera
Los investigadores secuenciaron 250 millones de pares de base de ADN a partir de cuatro esqueletos de seres humanos que vivieron en Suecia hace 5.000 años. "Unos pertenecieron a cazadores/recolectores y otros a agricultores, que vivían a menos de 400 kilómetros de distancia. Después comparamos sus datos con poblaciones modernas y encontramos que los finlandeses son más similares a los cazadores/recolectores y los granjeros a los pueblos mediterráneos", apunta Skoglund.
Conseguir ADN antiguo que no estuviera contaminado con ADN moderno requirió, apuntan, de la tecnología más puntera. El agricultor había sido enterrado debajo de un megalito y se conservaba en buenas condiciones.
"Fue interesante comprobar que ambos grupos, aunque vivían al mismo tiempo y durante más de 1.000 años, tenían unas características genéticas muy distintas", señala Matt Jakobsson, otro de los autores del trabajo, publicado en 'Science'.
La conclusión evidente es que la revolución agrícola fue dirigida por las poblaciones que llegaron desde el sur de Europa, que vivieron en vecindad con los cazadores primitivos, con los que pudieron tener algún cruce puntual, que es lo que explica la diversidad de los europeos actuales. "Hoy nadie tiene el perfil genético de los cazadores/recolectores, pero siguen estando representados en la herencia genética actual de los nórdicos", afirma Skoglund, que diseñó la metodología analítica utilizada
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