domingo, 22 de abril de 2012

El chute hormonal en los hinchas de fútbol

El 11 de julio de 2010, casi 16 millones de personas estaban frente al televisor en España cuando Iniesta marcó en el Mundial de Sudáfrica el gol más importante de la historia del fútbol español. Un grito unánime resonó por las calles de todas y cada una de las ciudades del territorio nacional. Había mucho en juego, pero no sólo en el ámbito deportivo. También se jugaba en el terreno de fútbol el estatus social del país y de todos y cada uno de los seguidores que gritaron, se abrazaron, se besaron y lloraron tras el derechazo del albaceteño. Para saber cómo afecta el fútbol al ser humano, un equipo de investigadores españoles y holandeses midieron en los hinchas de la selección española, durante la final del Mundial de fútbol de 2010, los niveles de dos hormonas relacionadas con el estrés y la competición: el cortisol y la testosterona. El objetivo era tratar de explicar qué se esconde detrás de la pasión y el nerviosismo que acompañan a los seguidores de los equipos de fútbol en los partidos importantes. Los resultados de la investigación, publicada ayer en la revista 'PLoS ONE', muestran que los niveles de estas hormonas aumentaron de forma significativa durante el encuentro, pero no tras la victoria del combinado español. Antes de la euforia final, la testosterona de la hinchada era un 29% superior a lo habitual y el cortisol un 52%. «El fútbol es una amenaza para la identidad social», asegura Mercedes Almela, investigadora del Laboratorio de Neurociencia Social de la Universidad de Valencia y autora del trabajo. «Si gana tu equipo eres el mejor, pero si pierde quedas vencido. El cortisol y la testosterona te preparan para afrontar esa situación que amenaza tu yo social», explica la científica.

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