Para conocer el interior de nuestro planeta, sobre el cual existen aún muchas dudas, los científicos recorren varios métodos, los que se caracterizan por:
Métodos directos: Investigaciones que involucran el estudio directo, o sea, un contacto/observación de diferentes materiales y procesos geológicos.
Métodos Indirectos: Se basan en el abastecimiento de datos de las zonas de imposible acceso. Estos datos pueden provenir de la utilización de tecnología diversa que recolecta datos que necesitan en un abordaje interdisciplinario o mediante la utilización de cálculos matemáticos.
Métodos Directos:
Estudio de la Superficie Visible: Consiste en el estudio de los materiales que afloran en la superficie. Tiene grandes limitaciones pues corresponde apenas a una fina capa, comparando con la dimensión de la Tierra.
Exploración de yacimientos minerales efectuada en minas y excavaciones: Sólo permite la obtención de datos de profundidades que oscilan entre los 3 y 4 km.
Sondajes – Corresponde a grandes perforaciones de la corteza terrestre, donde son utilizados equipos con puntos de fusión muy elevados, con el fin de perforar el máximo posible de metros, porque como el grado geotérmico aumenta con la profundidad y como tal si los materiales de las sondas no estuvieren en un punto de fusión elevado las muestras de roca retiradas apenas corresponderían a una pequeña fracción de historia de la Tierra. Este proceso involucra costos económicos muy elevados.
Magmas y Xenolitos – Debido a la geodinámica interna terrestre, existen manifestaciones, como las erupciones volcánicas que expelen magma que proveen de profundidades entre los 100 y 200 Km. El magma se moviliza y al hacerlo incorpora y transporta consigo fragmentos denominados xenolitos, pudiendo provenir desde más de 200 Km de profundidad.
Métodos Indirectos
Gravimetría – Todos los cuerpos de la Tierra son atraídos por ella, con diferentes intensidades. Así, es posible concluir que la composición del interior de la Tierra no es constante, pues existen anomalías gravimétricas, que son positivas cuando la zona estudiada es menos densa que las zonas en la periferia o negativas, cuando la fuerza de atracción de una zona es inferior a la normal. Este método es también muy utilizado por la industria, porque la existencia de una anomalía positiva puede corresponder a yacimientos minerales como metales. La existencia de anomalías negativas se encuentran asociadas a domos salinos que por su parte, están asociados a yacimientos de petróleo.
Densidad o masa voluminosa – A través de fórmulas se puede determinar la densidad total terrestre y se verifica que esta corresponde a 5.5 g/cm y también se sabe que las rocas de la superficie corresponden apenas a 2,8 g/cm3. Así podemos incluir que la densidad de los compuestos existentes en el interior de la Tierra es superior.
Sismología – A través de la propagación de las ondas sísmicas es posible verificar que estas tienen diferentes comportamientos a medida que se propagan en la geosfera, lo que permite percibir que la Tierra no tiene ni ha tenido siempre la misma composición.
Geotermismo – La Tierra produce energía calórica/térmica, esencialmente debido a la desintegración de isótopos radioactivos. La temperatura aumenta conforme aumenta la profundidad y a este aumento se da el nombre de gradiente geotérmico, o sea, el aumento de temperatura por cada kilómetro recorrido. Al número de metros necesarios de ser recorridos para aumentar 1ºC se le atribuyó el nombre de grado geotérmico.
Como existen las zonas del Interior de la Tierra que son inaccesibles, la determinación de la temperatura es realizada a partir de cálculos. Se admite que el gradiente geotérmico disminuye con la profundidad, pues si tal no fuera así, las temperaturas serían bastante más elevadas que aquellas que se hacen sentir. La perdida de calor, proveniente de la Tierra se le atribuye el nombre de flujo térmico.
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